No mires a los otros

Un árbol no era feliz en el jardín. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves,
y al ver la desesperación del árbol, exclamó: "No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el
mismo de muchísimos seres sobre la tierra. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que
seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior." Y dicho esto, el búho
desapareció. ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? Se preguntaba el árbol
desesperado. Entonces, de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y
por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: "Tú jamás darás manzanas porque no eres un
manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer
grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje. Tienes una
misión, cúmplela. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello
para lo cual estaba destinado. Así, pronto fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.